Las
Circunstancias Nos Cambian
Pero Las Decisiones Lo Hacen Aun Mas
Los
días siguientes transcurrieron de manera rutinaria, sin embargo por momentos a
Marx le asaltaba la duda de que estaría pasando con Susam pese a que desde
aquel día no sabía nada de ella, sigue rondando en él la idea de que habría
sido mejor proponerle vivir algo, así por lo menos habría algo más que un
simple sin sabor; aun así no era algo
que se apoderara de su pensamiento pues él hacia un gran esfuerzo en no
permitir que el tema fuera su prioridad, más cuando en este momento su salud no
estaba del todo bien.
Era
viernes y Susam preparaba su atuendo para el coctel de la noche, mientras elegía
que vestir era inevitable sentir ansiedad
por su reencuentro con Marx, posiblemente él tendría una actitud frívola
con ella debido a su distanciamiento repentino, pero más allá de eso ella
quería lucir tan encantadora que no pasaría desapercibida ni siquiera ante
Marx.
-Buenas
noches Kaitlyn. Dijo Marx a su secretaria.
-Buenas
noches jefe. ¿Asistirá al coctel de esta
noche? Pregunto ella a Marx
-
Nada me encantaría más, pero me siento realmente mal, la cabeza me va a
estallar.
-
Es una pena que no pueda asistir los colegas esperaban contar con su presencia,
todos sentirán su ausencia. - Dijo Kaitlyn bajando la cabeza con un gesto de
compasión. - Es importante que visite al
médico nunca se sabe.- Agrego.
-
Por supuesto si no mejoro lo hare, pero espero reponerme con algo de reposo. Gracias por tus palabras,
me disculpas con todos por favor. - Dijo
Marx mientras pedía el ascensor.
Kaitlyn su secretaria estaba realmente
preocupada por su salud, siendo el un hombre tan profesional en sus asuntos al
que nunca se le veía bajar la guardia y
menos en cuestiones de trabajo, era seguro que estaba realmente mal para
no asistir a un coctel de negocios de esta magnitud.
Marx
entra a su habitación se pone cómodo y se escabulle entre las sabanas tratando de
relajar su cuerpo para ver si logra dormir o por lo menos sentirse algo mejor.
El
evento transcurría de la mejor manera todos muy contentos y haciendo las
alianzas necesarias, el ambiente era ameno, música tenue, decoración
minimalista pero acorde, una buena atención y sin duda un aire de glamour que
se reflejaba en los atuendos y la etiqueta en el tono de la voz de los
asistentes, Susam recorría el lugar saludando mientras visualmente trataba de
encontrar a Marx, de repente vio entrar a Kaitlyn y se extraño de verla asistir
sola así que fue a su encuentro, sin embargo antes de poder hacer contacto con
ella, Kaitlyn subió al estrado tomo el micrófono y dio el anuncio que nadie se
esperaba.
-Buenas
noches para todos espero que estén teniendo una gran velada, algunos ya me
conocen para quienes no mi nombre es Kaitlyn Dunne soy la Secretaria del Señor
Marx Brown quien ofrece disculpas a todos por no poder asistir esta noche a tan
importante evento, es un asunto de fuerza mayor así que yo estaré en
representación de él y cualquier asunto
que quisieran tratar esta noche podrán comunicármelo yo estoy al tanto de todo
y con gusto les podre colaborar, gracias por su atención.
Susam
salió del lugar y se dirigió a su automóvil mientras llamaba por celular a
Marx, quien no atendía, lo cual la puso aún más nerviosa; así que sin pensarlo
dos veces se dirigió al apartamento de él. Al llegar al lugar el vigilante
llamo al citofono para anunciarla pero no atendían, en ese momento el celular
de Susam sonó era Marx.
–
Hola ¿cómo estás?, ¿qué ha pasado contigo? ¿Porque no te fue posible asistir al
coctel? Expreso Susam rápidamente.
-Estoy
un poco mal de salud, hace algunos días he tenido fuertes dolores de cabeza y
hoy es uno de esos días en los que el dolor no me permite hacer mayor cosa. -Menciono
Marx con voz débil
-Gracias
por devolver la llamada estoy aquí, en la portería. - Dijo Susam
-¿De
verdad?, ya me comunico para que puedas
seguir. - Propuso Marx atónito con la noticia.
Susam abrazo fuertemente a Marx en cuanto abrió la
puerta de su apartamento y le dijo en voz baja. – Creí que algo realmente malo
te había ocurrido, estaba aterrada.
Marx
sonrió y expreso en tono sarcástico – Eres muy exagerada haces de todo un
drama.
-Eres
muy grosero ¿lo sabias? Manifestó Susam mientras colgaba su bolso.
Allí
estaban ambos viviendo un momento que los llevaba al principio de todo, era el
momento de hablar, de vivir o talvez de quedarse allí, esperando que algo
estrepitoso acontezca y fuerce las situación y los lleve hasta donde sea
necesario; las personas son inconformes,
siempre habrá algo de que quejarse algo que recriminarse o recriminar a otro
pero el punto es que nadie vive los momentos como debería vivirlos ni siquiera
aquellos que creen que lo hacen, porque en realidad que es lo que queda después
de una experiencia? , Que es lo que queda después de cada momento? ; a veces no
queda más que un recuerdo. Nadie tiene
las respuestas respecto a que consecuencias traerá huir o enfrentar lo que se
siente, sin embargo lo que cuenta va mucho más allá de eso, lo que cuenta es de
que manera puede marcar nuestra vida y hasta qué punto será lo suficientemente
significativo para que sea más que un lindo recuerdo para sumar a la lista de
experiencias vividas.
Marx
se acercó a Susam y la beso dócilmente, dijo con mesura a su oído – Estas muy hermosa y ya que estas tan melodramática
porque no vivimos el momento y que pase lo que tenga que pasar, ella lo beso, empezaron
a acariciarse y a encontrarse el uno en el otro, Marx deslizaba sus manos en la
espalda de Susam jugando con su escote prominente que llegaba hasta el contorno
de sus glúteos, sus
prendas de vestir iban quedando en el suelo al paso que iban caminando hacia a
la habitación, el momento era mágico de esos inesperados pero inigualables en
los que no existe espacio para pensar más que para sentir, de repente el
teléfono sonó incesantemente. Lo que
vendría después llevaría a Susam a tomar la decisión que la haría retroceder y
equivocarse nuevamente. Las circunstancias juegan con nosotros les
permitimos controlar lo que somos y lo que vendrá para nosotros actuamos
creyendo que tenemos el autodominio y la personalidad necesarias para decidir,
pero la gran verdad es que casi siempre quien decide es la situación del
momento porque es de acuerdo a esta que actuamos y elegimos, y olvidamos que las circunstancias son solo eso,
acontecimientos de momento y cuando miramos hacia atrás no estamos aquí o allí
por elección sino por una cuestión circunstancial, y eso pasa pero las
decisiones tomadas se quedan.
A
algunas personas les cuesta mucho tomar decisiones, otras en cambio tienen la
gran cualidad de decidir con seguridad y asumir lo que venga; sin embargo sin
importar que tan pronto o tardíamente se haga, siempre habrá un momento para
tomar malas decisiones, esas que martillan en alma y ensordecen los sentidos,
esas que te enseñan pero no te garantizan nunca más equivocarte.
yess